mardi 29 janvier 2013

EL PATRON



Desde los años 80 hasta el día de hoy, he estado colaborando con distintas empresas, españolas francesas y alemanas, siempre en compras y ventas de maderas y derivados de ésta.

Igualmente he recorrido muchos países, siempre a la búsqueda de nuevos clientes, para así asegurar la perennidad de la empresa con la que trabajaba en ese momento.

Como podrán deducir, he tenido que encontrar muchos directores, patrones y otros compradores, o vendedores.

El denominador común en casi todos estos países, siempre ha sido para el patrón, ganar partes de mercado, sin olvidarse que es lo que estaba pasando y como podían afrontar otros mercados al exterior, y ahora que tenían recursos, muchos de ellos me pedían colaboración.

En España, en estas décadas también eran las vacas gordas, me acuerdo como de ayer, que en esta época casi todos los del puro, me recibían en sus desmedidos despachos, que no tenían otra función, que a recibir y dormir la siesta.

Cuando podía establecer algo de comunicación con ellos, un gran porcentaje me decía que no tenían que moverse para ganar dinero, esperaban al cliente y así se sentían en posición de fuerza, porque no es lo mismo decían vender, a que te compren.

Los hijos de estos, cuando no estaban imitando a sus progenitores en los despachos contiguos, conducían sus potentes coches, fruto de este enorme desaguisado, salpicado de prepotencia.

La hierva dejo de crecer y las vacas se volvieron famélicas, y muchas murieron, las pocas que subsistieron, fueron aquellas que recibían comida de otros pastos.

Gracias a esta minoría de patrones emprendedores, España mal come todavía, ¿pero por cuento tiempo?.

MIGUELIUX

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