Ríos sucios de inmundicias
creados por esas bocas, que mas redondas serian
dedicándose a otras cosas.
Seres rotos en mitades
cuando esas bocas hablan,
yo las vería mejor
con sus lenguas desatadas,
limpiar caminos andados,
por tripas desesperadas.
Si esta rabia contenida
pudiese un buen día expresar,
explotando cerraría
todas las malditas bocas
que mienten siempre al hablar.
Derribando pedestales
donde exhiben sus maldades
y ansias de perennidad.
Es difícil de creer
que esas bocas remilgadas
pidan perdón...¿Pero a quien?
¿A su madre por nacer?
¿o a su padre de no haber nacido
un caballo percherón?
Que hoy pudiera sacar
del barrizal a tirones,
a los hombres que han caído
empujados por los mismos
que piden esos perdones.
Sueltan sus blancas palomas
evocando la pureza
de sentimientos infames,
queriendo darles nobleza.
El volador tan usado
para magias del despiste,
cansado de tanto vuelo
apenas ella resiste.
Y posa su cuerpo halado
defecando en las cabezas,
de estatuas grises o verdes
de enfermos de la grandeza.
Han preñado la semana
de Suizas y millones,
sacando viejas historias
guardadas en los cajones.
Esas bocas han negado
lo que dijeron ayer...
Si yo estuviera un momento
metido en esa piel,
me haría casi invisible
ganando la timidez.
Enderezando en mi boca
palabras dichas del revés.
Respetando la voluntad
de mis hermanos,
que me necesitan libre,
limpio mi corazón
y también de limpias manos.
Dejadme que os presente
la mujer que me acompaña,
ni se llama ni la llaman
ella esta si hace falta.
No comprendí a mi madre
el porque de amarme tanto.
Un día pude asistir
al griterío enfadado,
cogiendo mal las tijeras
con los dedos en el pasmo.
Inauguré una vida,
que regalo!
me decía entre sollozos,
que sus risas apagaron,
Sus ojos grandes y verdes
con lágrimas mezclaron
nuestras vidas para siempre.
Curándome las heridas
por daños colaterales,
de esas bocas tan reales.
Tomad ejemplo
como tomasteis el mando,
señoras de grandes bocas.
Un pueblo o una ciudad
se cuida como a un muchacho,
que sino tienen cimientos
pierden el equilibrio,
hundiéndose en el fango.
Desde la cuna señora
yo respeto al ser humano,
sintiendo los vaivenes
de sus desgajados barcos,
escorando me con ellos
abrazando sus naufragios.
Yo he visto en las prisiones
sueños hechos pedazos,
de criaturas nacidas
un día en el regazo,
de la madre España tierra
de otro color que blanco.
Donde cantan las Gardenias
del Machin aquel tan“raro”
hay racistas por un tubo,
que nunca fué desaguado.
A mi otro hijo rapero
quiero decirle que lo amamos,
el tiempo ya nos dirá
que haremos con los amos,
de los golpes recibidos,
que con sus canijas leyes
han osado propinarnos.
Entre tanto hijo mio
háblanos de lo que quieras,
como sabes rapeando.
Y cuéntanos como sales
del infierno pestilente,
que esas bocas han creado.
Dedicado a las bocazas,
que nos gobiernan. Migueliux.
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