vendredi 9 août 2013

SALARIO DE LA VENGANZA .Cap.9 Nancy.



Nos reposamos un día completo. Con caldos intentamos paliar el desajuste que produce el picon bierre. 
En todo caso el día siguiente, un poco más de escuadra, nos dirigimos ha conocer, el que seria mi coartada con su empresa durante los seis años, que duraría mi formación en Estrasburgo y Bruselas.

Un tipo grande, con una sonrisa generosa, reconocido por sus batallas en Corea, gran bebedor de cerveza y amante de las buenas carnes. Aquel gigante de hombre, me acogió como si me conociese desde siempre, de entrada me propino dos besos y un fuerte abrazo, dándome la bienvenida y diciéndome, que me sentiría como en casa. Su actitud me hizo sentirme
mejor en aquella tierra, que solo conocía en mis breves pasajes.

Nos sentamos debajo de una gran parra, rodeada de plantas rampantes magnificas de kiwi.

Marc que así se llamaba el antiguo legionario y gran estratega en sus tiempos libres.
Después de beber algunas cervezas, nos hizo seguirlo al fondo del jardín rodeado de grandes tullas. Entramos en una caseta de madera de cedro, a veinte metros sentíamos el agradable olor de aquellas tablas.

En la sala detrás de un armario, abrió una puerta secreta repleta de armas de todas clases y calibres,
señalándolas, me dijo que si un día las necesitaba, estaban para eso.
Joan riendo dijo que las harmas que yo necesitaba serán más grises que esas.
Cogió una escoba y me la lanzó diciendo, por ahora esta será tu harma secreta, hasta nueva orden
y los dos Franceses explotaron en una carcajada sonora..

El uno de Septiembre me incorporé en la empresa de plaquistas yeseros.sa. A las siete de la mañana,
llegué mojado como un gorrión que se ha bañado en un charco. Los obreros que esperaban la abertura, me miraban, como si no hubieran visto nunca un tipo en bicicleta, tan temprano y lloviendo.

Algunos minutos después llego la dirección. Abrieron una gran sala austera pero caliente,
tomando un café, nos sorprendió la voz de Marc, quemada, como la colilla que pendía de sus labios. 
Me presentó como un emigrante más, de los muchos que tenia empleados.

Me señaló el gran momo Argelino, que se ocupaba con su equipo, de retirar de las obras los materiales no utilizados y de la limpieza de las mismas. 
En el equipo eramos conmigo seis. La vida a veces se nos ríe en la cara.
A pesar de mis casi veintiocho años, esa noche caí como un tronco, sin pedir mis restos.

Los primeros meses fueron desesperantes, por la falta de tiempo y cansancios acumulados. 
Hasta que pude instalar una serie de reglas en mi cotidiano. 
Entre las dos ciudades, tenia que dedicar veinte horas semanales.

Las clases comenzaron la tercera semana de Septiembre y hasta que cumplimos nuestro primer año. No supimos ninguno de los veintisiete, que formábamos el equipo, cual serian nuestras misiones,

En una secreta reunión, nos anunciaron el color. Se trataba de pasar una serie de tes, para descifrar nuestras personalidades. 
Empezadas ha estudiar hacia doce meses y darnos o no la llave, que abriría el próximo año y así hasta el sexto, que acabará la formación.

Las clases al principio, siempre bifurcaban sobre la empatia, que podíamos tener hacia el otro. 
Con el constante lavado de cerebro, de la importancia de una Europa unida, bajo el signo de las estrellas y una moneda única pilotada por el capitalismo. 
Que empezaba ha poner los cimientos de lo que llegaría ha ser una fortaleza inexpugnable, para los políticos y sus votantes en las próximas décadas.

Porque decían¡ si dejamos EU en las manos de esos obejos modorros, en unos años estaremos
a la merced de Chinos, Indios etc.

Lo tenían todo muy bien hilado, disponían y dominaban todas las harmas que necesitaban.
La religión, el miedo, el hambre, las guerras y como no el dinero y su poder, que saben manejar con maestría, desprovista de cualquier sentimiento noble.

Solo les faltaban los ejecutores. Que volveríamos a nuestros países, para comenzar una cruzada
contra el pueblo y a favor de los intereses del capital.

Nos pagaban un sueldo muy interesante y toda clase de cuidados, para nosotros y nuestras familias.
Asegurándonos la impunidad total y la mas secreta de las existencias.

Recuerdo en una de las clases de reglas y deberes. Los allí presentes, se reían, cuando el profesor comentó, que con España habían ido demasiado lejos, con la ley
que que obligaba al consumidor ha pagar la deuda, aun devolviendo el objeto de esta.
Añadiendo que algún país se tenia que comer este marrón.

El profesor interpelo al Griego preguntándole, si savia en que consistiría su trabajo.
A grandes rasgos, se trata de corromper al país, para que sirva de coartada y en el momento llegado,
utilizarlo como arma arrojadiza, contra todos los sureños. Y prepararlos, para hacer de ellos unos simples y mal pagados hosteleros. Pero de todo esto hablaremos más tarde.













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