LA ADICCIÓN.

Soy adicto a mi gente,

a sido una buena hornada,

pues panadero y harina

mezclaron sus almas blancas.

Soy adicto al saber,

como y donde pudo ser,

el estallido primero

que nos puso del revés.

¿Como dejaron los dioses

que cada ser lleva dentro,

de encender el mal eterno

he inventar el sufrimiento.

¿Que les pasa a mis hermanos?

¿como se venera a alguien

puro símbolo lejano.?

EL dios que no sea dignado,

ha bajar una vez al año,

ha celebrar con su pueblo

su famoso cumpleaños.

Creo que es buen momento,

creo que el tiempo ha llegado,

de decirles mi verdad,

aunque critiquen amargo.

Y ustedes se preguntan,

¿quienes este licenciado

en las cosas de mi Dios,

que tantas almas salvó?

Soy simplemente un humano,

que en la madre patria tierra

cédulas multiplicadas,

han formado este andrajo.

Hace ya muchas lunas

que el hombre medra,

en la dualidad de este,

vamos ha mirar de cerca.

El lado bueno del ser

tiene mucho más cuidado,

el siempre ha defendido,

con mimo y de buen agrado

al hombre gris que camina,

por la senda acuciado.

Si ahora es tiempo

de hablar, del otro lado,

ese que oprime que mata

y que crucifica al santo.

¿Existían todos los males

antes de los mortales.?

Si vino ha cambiarlo todo,

¿porque ahora somos mas cafres.?

De los grades sabios

que la tierra ha dado,

uno tras el otro,

fue sembrando el grano.

Los primeros inventaron

a ese dios mal humorado,

para calmar al humano

de la depravación

y eso dicho a grandes rasgos.

Los listos de mala saña

aprovechan el momento,

para crear la maraña.

Y los hermanos caídos

en la tela de la araña,

mi vida yo les daría,

porque son puras sus almas.

Fieles a la imagen,

que su cerebro les dicta,

creyendo que es su dios,

cayendo en la adoración

de los dioses de madera

y de toda sin razón.

Yo no os puedo aclarar

si esa luz del final,

la hace el cerebro al parar,

o es la linea divisora,

la linea que te hace adicto,

portándote en su memoria.

Lo que si puedo añadir,

es que es hoy estoy a qui

y me voy ha dedicar,

siempre hablar, con mi verdad.

Yo no he querido herir

a mi gente y su bondad,

solo quería decir,

que busquéis la libertad.

Migueliux.