lundi 14 janvier 2013

HIJOS DEL AGOBIO




Si todo hubiera seguido como en tiempos inmemorables, seguramente un contemporáneo no hubiese encontrado la fórmula de tan preciada ayuda.

Pero en esta sociedad donde nos consumimos por las dos puntas, todas las ayudas son las bien venidas.

Antes podíamos escalar cualquier monte de Venus sin apenas fatigarse, con una prioridad, cabalgar por el divino montículo sabiendo que no podía apearse hasta que la Diosa de la montaña, no apagara su bol-can ardiente de mil fuegos y el hombre escribiera en los anales historias de otros tiempos.

Seguramente no eramos mas inteligentes que lo sóis en esta época, pero teníamos una premisa...Respetad y seréis respetados.

Si amigo de dos patas y un colgajo, respetar es dar cuando el otro lo necesita, sin pedir contra partida.
Tengo la suerte de conocer algunas mujeres, solteras, inteligentes y buenas cocineras, muchas de ellas me dicen que a pesar de hacer algunas concesiones, no encuentran su mitad, les asusta la idea de quedarse para desvestir la incoherente inmadurez con la que algunos se arropan en estos tiempos.

Cuando hablo de èstos, no me refiero al joven o maduro, que por cualquier enfermedad o distintos problemas lo necesita, quiero hablar del caricaturo que la utiliza para hacer crecer la estima que otros tienen hacia su persona, el tiempo que eso dura.

Yo la llamo la sociedad instantánea del mismo sabor y calidad que el café soluble que venden en los baratos y bien decorados templos mercantes que hemos heredado por pobres.

Vosotros me diréis...¿ Con la bazofia que comemos como vamos ha estar en forma?, tenéis parte de razón, pero no es una excusa para no envolver en vuestros brazos al ser mas extraordinario de la creación  y armaros de otro valor mas potente,
el respeto.

Por el contrario con vuestros comportamientos egoístas, tengo la impresión de que estáis invitando a estas dulces criaturas a instalarse un miembro eréctil y ha montaros cual caballo desbocado.
Hijos del agobio, respetarlas, amarlas y hacerles el amor sin violar sus sentimientos.

Comeros esos bocados de cielo que os ofrecen a cambio de despegar unos segundos de la dura realidad en la que viven.
MIGUELIUX. 

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