Si
todo hubiera seguido como en tiempos inmemorables, seguramente
un contemporáneo no hubiese encontrado la fórmula de tan preciada
ayuda.
Pero
en esta sociedad donde nos consumimos por las dos puntas, todas las
ayudas son
las bien venidas.
Antes
podíamos escalar cualquier monte de Venus sin apenas fatigarse, con
una prioridad, cabalgar por el divino montículo sabiendo que no
podía apearse hasta que la Diosa de la montaña, no apagara su
bol-can ardiente de mil fuegos y
el hombre escribiera en los anales historias de otros tiempos.
Seguramente
no eramos mas inteligentes que lo sóis en esta época, pero
teníamos una premisa...Respetad y seréis respetados.
Si
amigo de dos patas y un colgajo, respetar es dar cuando el otro lo
necesita, sin pedir contra partida.
Tengo
la suerte de conocer algunas mujeres, solteras, inteligentes y buenas
cocineras, muchas
de ellas me dicen que a pesar de hacer algunas concesiones, no
encuentran su mitad, les
asusta la idea de quedarse para desvestir la incoherente inmadurez
con la que algunos se arropan en estos tiempos.
Cuando
hablo de èstos, no me refiero al joven o maduro, que por cualquier
enfermedad o distintos problemas lo necesita, quiero
hablar del caricaturo que la utiliza para hacer crecer la estima que
otros tienen hacia su persona, el tiempo que eso dura.
Yo
la llamo la sociedad instantánea del mismo sabor y calidad que el
café soluble que venden en los baratos y bien decorados templos
mercantes que hemos heredado por
pobres.
Vosotros
me diréis...¿ Con la bazofia que comemos como vamos ha estar en
forma?, tenéis parte de razón, pero no es una
excusa para no envolver en vuestros brazos al ser mas extraordinario
de la creación y armaros de otro valor mas potente,
el
respeto.
Por
el contrario con vuestros comportamientos egoístas, tengo la
impresión de que estáis invitando a estas dulces criaturas a
instalarse un miembro eréctil y ha montaros cual caballo desbocado.
Hijos
del agobio, respetarlas, amarlas y hacerles el amor sin violar sus
sentimientos.
Comeros
esos bocados de cielo que os ofrecen a cambio de despegar unos
segundos de la dura realidad en la que viven.
MIGUELIUX.
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