Ayer escuchando un programa de radio, que dicho sea de paso, bien orquestado por la periodista y coherencia fina entre
sus tertulianos, uno de los contertulios explicaba el comportamiento que podíamos tener contra los
chorizos el resto de los ciudadanos, cuando nos crucemos con ellos en la calle, restaurantes, etc...
Acerquémonos, y con mucha
educación, digámosles la sensación
que nos produce verlos en libertad.
La idea de ejercer de justiciero del Frac no me seduce en demasía, pero tengo que reconocer su efecto en muchos de ellos.
que nos produce verlos en libertad.
La idea de ejercer de justiciero del Frac no me seduce en demasía, pero tengo que reconocer su efecto en muchos de ellos.
Podría degenerar en algunos casos, como mínimo en ajustes de cuentas, y estaríamos haciendo lo mismo, utilizar la
violencia.
Yo no utilizaré nunca la
violencia con mis semejantes, porque ellos son mi futuro y mi pasado.
Este es el riesgo que corren los
amigos de lo ajeno, y por supuesto, la justicia dirá su ultima palabra y pondrá en el
sitio que corresponde a políticos, curas, drogados o personajes que jueguen muy bien al balón...
Igualmente los que sacan a la calle
los casos antes de que sean juzgados, y la persona en entredicho sea exculpada de la acusación, deberán pagar lo que la ley estipule a la
víctima, y el que rompa el jarrón que lo pague, y los tiestos a su casa.
Y como estamos en faena, miraremos del
otro lado de nuestras fronteras, viendo que cuando se trata de hacerse
críticas los unos a los otros, sobre como llevan sus políticas, parecen gallinas en un
corral cuando entra el zorro. Sin embargo, cuando se trata de pasar la información del choriceo de un país a otro, la homerta es total.
Hasta hoy, veintitrés de enero, no he escuchado
un solo comentario en las teles estatales francesas, haciendo referencia a los casos de
corrupción que nos atañen, no porque las desconozcan, ojos que no ven... Sino que esta es la manera de defender la democracia malherida por nuestros
asalariados.
Pero no estéis tristes, acordaos de
cuando tenían derecho de pernada, pudiendo mojar sus navíos en aguas no navegadas.
Migueliux
Migueliux
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