samedi 27 avril 2013

SALARIO DE LA VENGANZA.cap.·3 LA POLICÍA ESPAÑOLA




Soñaba con un jinete cabalgando en la cima de mi consciencia.
Cuando la cruda y dolorosa realidad, calló sobre mi, en forma de policías muy enfadados ¿valla usted ha saber porque.?

Me desperté hecho una mierda, rodeado de otros policías más simpáticos.
Para despertarme, utilizaron agua de la cubeta del water, donde me tenían maniatado.

Habían intentado todas las formulas, que les enseñan en la escuela de policía.

Con sus análisis a la salsa de todos iguales. Y esto me aburría tanto, que puse de más en más atención, en una conversación, que salia de la puerta contigua. Abierta constantemente, por todos aquellos policías, que jugaban a su juego favorito. Salir y entrar, porque así
desestabilizan, dicen sus manuales.

Hablaban en Francés y de la lengua de Moliere me conozco pas mal, acordaos de mi barquera. Entendí que buscaban una chica, que con las descripciones, se parecía extrañamente ha alguien muy allegado a mi.

En un descuido de mis a verdugos, pude llamar la atención del Francés y sus acompañantes.
Les expliqué con pocas palabras, que creía conocer a la persona que buscaban.

Aquel primer trago de agua, a pesar de que savia fuertemente a sangre, me hizo sentir bien y apuré el vaso que recogió el Francés. Diciéndome, el agua te quita la sed, pero
la ausencia de una persona querida, no te apaga el dolor.

Nos sentamos los unos enfrente de los otros, sentí que me escudriñaba, los pocos rasgos de la cara, que me quedaban todavía visibles.

Desde que me dieran de beber hasta la primera pregunta, tuve tiempo de pedir un cigarrillo y prepararme para aquella nueva situación.

Lo primero que me preguntó el comisario, que acompañaba al Galo, fue ¿donde esta la chica?. Yo me hice de un tonto generoso y el cuñado comenzó ha ponerse nervioso.

En las miradas que me dirigía, veía el desaliento profundo que lo atormentaba, me sentí conmovido y le dije que yo sabia hablar su lengua y le propuse un trato.
Primer punto, teníamos que hablar a solas, durante mínimo una hora, al abrigo de micros y otros artilugios cotillas.

El comisario se opuso firmemente, pero el peso de Joan era enorme.  A la piel de toro le interesaba mucho, que los vecinos le echaran una manita con lo suyo.

EL francés me dejaba así el balón en mi campo, agujereado por las ultimas veinticuatro horas.

Los dos policías se retiraron y a mi me llevaron a una celda, me dieron unas ropas, para que me cambiará y dos horas más tarde reaparecieron.
Joan me explico, que si quería salir de este embrollo, tenia que cooperar con el hasta el final.

El hombre con el que me iba ha ver la cara. Primero de su promoción, hijo de la asistencia publica, doctorado de ciencias humanas, letrado, economía. A los trece años empezó ha trabajar,
y así poder pagarse los estudios .Y en su día fue el brazo derecho de la ley, más joven de nuestro vecino país.

Cuando nos dieron el coche, que nos llevaría hacia mi refugio, comencé mi historia.

Yo pertenecía a un grupo formado por el gobierno, al principio solo nos dedicábamos ha interceptar terroristas. Pero con los tiempos cambiando, nos hacen acatar ordenes completamente retorcidas.

Si lees estos días los periódicos, veras que faltan a sus altos cargos, algunos que se han volatilizado.

Antes de continuar con tu relato, me corto Joan, tendiéndome el teléfono, quiero que llames a la chica y me la pases. Cuando escuchó sus primeras palabras, la emoción lo invadió y tuvo que parar el auto. Lo dejé solo y entré en el restaurante.

Me pedí un bocadillo y una cerveza. Joan apareció una hora más tarde, pidió unas hojas de papel al barman y volvió de nuevo al coche.

vendredi 26 avril 2013

EL RIDÍCULO NO MATA



¿A quien quieren engañar estos ineptos personajes, que nos gobiernan?. 
Si no fuese por la delicada situación que vivimos en España. Todo esto sería, para desternillarse de risa.

Todos conocemos algún  individuo patético, pero con el PP, creó que hemos tocado techo.

Con sus estudios superiores y ahí lo tenéis. Ejerciendo de Loritos, delante de cualquier micro, dirigido hacia sus picos, haciendo anuncios, que no se los creen ni ellos.

Me pregunto si estos pamplinas, no tienen familia o amigos que los estimen y que les aconsejen, dejar de hacer el ridículo, delante de todos los Españoles?

También tenemos la bocas remilgada, esta seguramente, cuando fue ha examinarse de la cosa oral.
Ese día estaba cerrado, por día festivo o algo así.

A esta chica como a su jefe, podemos aplicarle, lo de que la verdad, la dice el cuerpo.

El orgullo de ser un hombre de bien, lo cambiaron, por sobres y salarios vergonzantes.
Se aferran a sus puestos, como las lapas a las piedras.

Y toda esta orquesta, que suena como el culo, la dirige el mas listo de todos. Que tiene de hombre de estado, lo que yo tengo de escritor. 
Solo que yo no vivo de esto y no miento a nadie, diciendo que 
con migo será níquel y que a mi lado, pan con jamón.

Son todos tan necesarios para España, como un cenicero en una moto.

Lo que es incomprensible en una sociedad como la Española, es la sumisión, que demuestran las gentes a este atajo de "trajeados" y que prefieran pasar hambre antes de decir basta.

En fin si el ridículo hiciera crecer el pelo, tendríamos un gobierno de melenudos.   


                                     Migueliux.-

 

vendredi 19 avril 2013

SALARIO DE LA VENGANZA CP.2 POLICIA FRANCESA.





Eran las siete de la mañana, cuando sonó insistentemente el teléfono.
Joan estaba terminando de desayunar, con el último trago de café, se enjuagó la boca y dijo“Ah eres tú"reconociendo la voz de su suegro Philipe.

Después de los saludos de usaje, el hombre le explicó con un punto de preocupación en la voz. Su hija pequeña no daba señales de vida, desde hacia muchos meses y las ultimas noticias la situaban en España, en Madrid o Barcelona.
  
Joan tranquilizó al padre, diciéndole que pondría a su mejor gente al corriente y sería cuestión de días localizarla.

Aquel hombre de un metro setenta y dos, moreno, que con treinta y cinco años fue, el comisario más joven que Francia nunca tuvo.

Dio cita a su segundo y a cuatro de los policías más activos fuera del hexágono.

Unos kilómetros después, llegó a la jefatura policial de París, donde a su paso todos se cuadraban, con un“a la orden señor comisario.”

La puerta de su despacho se abrió aceleradamente, por un policía que en esos momentos salia, después de haber depositado seis expresos en la mesa de reuniones.

Los cinco se pusieron en pie, diciendo, mis respetos monsieur le comisario, con un gesto de la mano, les hizo sentar.

                                 ººººººººººº

Seguí aquel monje o algo parecido, bestia una sotana que brilla con el parpadeo de las velas y por la usura del tiempo.
La luz tenue de aquella habitación, apenas dejaba entrever
las siluetas y los objetos, que en ella se encontraban.

Del cuchicheo que escuché cuando entraba, pasamos aun silencio solo roto, por los pasos que nos hacían avanzar por el pasillo, lúgubre y húmedo.

Aquel personaje al que seguía, de mirada inquietante, se dirigió aun viejo congelador y abriendo la puerta, se escapo aquel desagradable olor al desmallo. Me acercaron dos bolsas de deporte y me apresuré en salir de aquel pestilente lugar...
Sin mirar atrás, salí de aquella vieja iglesia que parecía alquilada por el diablo y los suyos.

Puse las dos bolsas en el interior del maletero, eché un vistazo en una de ellas y vi el horror embolsado. Cerré de nuevo la cremallera  con dificultad, para poder introducir de nuevo, aquellas pequeñas extremidades: seguramente de un criatura de seis o siete años.

Volviendo sobre mis pasos, aporreé de nuevo la gran puerta, esta vez con la culata de mi mágnum. De golpe se abrió y con la adrenalina rezumando por cada poro de mi cuerpo, asesté un solo golpe de machete y llevé aquel primer fiambre en volandas, a la estancia que había dejado unos minutos antes.

Con la fuerza de un poseído y un odio creciente en mi a cada paso, lancé aquel que se había paseado en la hoja de mi machete, cayendo de espaldas en el centro de aquel antro.
Que me había propuesto convertir en el neón mas absoluto, que nunca nadie apercibiera.

Pasaré sobre los detalles escabrosos que ocurrieron allí, para daros solo el dato. Cuando salía de aquel lugar, las vísceras y otros me impedían la progresión, que me llevó ha salir de aquel horror, de indescriptible narración.

El aire fresco, enfrió mis sienes, que golpeaban mi cabeza con compasados, Sun, Sun.
Respiré profundamente el humo de aquel cigarrillo de maría, buscando la calma, después de la tempestad que aquellos pedófilos de mierda, habían desatado.“Aun niño, se toca con el corazón”

De nuevo me dirijo al coche, cojo de la guantera un temporizador y les preparé aquellos hijos de satanás, una buena barbacoa.
Con algunos litros de gasolina que añadí aquella salsa, sin olvidar unas gotas de nitro. 
Para que aquello cogiera su punto álgido, cuando el reloj contara dos minutos. Aquel antro sería la antesala, de donde había enviado a toda aquella mierda.

vendredi 12 avril 2013

SALARIO DE LA VENGANZA . CAP.1 MI BARQUERA Y LA VIEJA IGLESIA.





Tengo un imborrable recuerdo en el parque de retiro, en una barca mojada por un agua color esmeralda y cargada de un futuro en gestación. Que se vislumbraba radiante, como los reflejos nacientes del estanque, acariciada por el sol.

El capitán era un joven de veintisiete años, delgado de no tener tiempo para comer. Una joven de veinticuatro años Francesa y una niña de un año, fruto del naciente amor. Se conocían el tiempo de hacer lo necesario, para que todo aquello hubiese sido posible.

La conocí en una discoteca de Barcelona que regentaba su amigo Paúl y que todos llamábamos Polo. Hablo en pasado porque estábamos tomando algo en su memoria.
Dos tipos en una moto, lo habían abatido de dos tiros en la cabeza dos días antes.

Sin ganas de fiesta, me acerque aquella bella solitaria que agasajara tantas y tantas veces, con las rosas paseadas en los frágiles brazos de la gente pobre de la noche.

Salimos de aquel recuerdo doloroso, cogimos un taxi dirigiéndonos sin saberlo, hacia lo que serian hasta hoy, treinta y cinco años de todo lo que os quiero contar.

                            ººººººººººººººººº

Empezaban los años ochenta y mi empleo consistía en limpiador a sueldo de la unidad secreta, que habían creado después del atentado que hizo volar por los aires muchas viejas esperanzas.

Era un día de invierno crudo, mojado por una lluvia fina, que te penetra el alma, el sonido urgente del teléfono me saco de la cama y al otro lado una voz tan desagradable, como el ringle telefónico, medió una dirección extraña, me desplace hasta allí, apercibiendo una vieja iglesia en lo alto de la colina.

Los tres golpes que propine, aquel viejo e impresionante portón, con el mango del machete de cuarenta centímetros de hoja, sesgaron la oscura noche y se encendieron algunas gargantas perrunas.

pasaron unos minutos, cuando sin prevenir, se abrió de golpe un pequeño ventanuco y en el apareció como una foto en un cuadro, una cara rechoncha nada amable. Con un gruñido me pregunto ¿que quería?

Le expliqué la cosa que me traía allí y sin responder cerro de un fuerte golpe el chivato y con chirriantes esfuerzos, me abrió el portón haciéndome una señal para que entrará.